sábado, 22 de septiembre de 2012

por siempre inconsciente

Siempre voy a estar inconsciente de lo que hago; me hundo en el mismo mar de recuerdos, buscándote para sufrir. Busco lágrimas y busco dolor.
Ellos me llaman y yo respondo a su llamado, sigo sus pasos, escucho sus ruidos, sigo sus voces.
Son voces dulces que me hacen creer fuerte pero al final, una vez más, me caigo y me rompo las rodillas. Empiezo a llorar y todos los recuerdos se repiten en mí, en mi mente.
Los represento con nostalgia, con dolor emocional y con culpa.
"Es momento de dejar de sufrir, la muerte me esperará por siempre" ella siempre va a estar ahí. La muerte me quiere. La muerte me necesita.
Soy el caramelo de la muerte. Dulce y único, razones por las cuales me quiere tanto.
Desea abrazarme y hacerme desaparecer.
Una vez más, me meto en la bañera: triste y solitaria. Bañada en lágrimas. Me hundo abajo del agua e intento aguantar. Otra vez, siento como mi sangre pide oxígeno y yo, en un principio, no quiero escuchar pero me gana y vuelvo a la estúpida realidad.
La realidad me lastima y me hace odiar todo, incluso, odiarme a mí misma. La realidad es única y detestable, no merece existir. Prefiero a las princesas y sus finales felices que a una realidad que te prohibe todo.

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