lunes, 9 de abril de 2012

Me juzgaron más de la cuenta. Era fácil negar su importancia, pero dificil era no sentir esa importancia tan vigente en mí. Los sentimientos inútiles están tan vigentes en la vida, bueno, al menos en la mía y en la de cierta gente.
Dudo de haber molestado a alguien con mi apariencia, no era algo que estaba en el aire, era una figura, una simple figura la cual se veía pocas veces afuera. No me gustaba salir para que me miren con una de sus peores caras, una cara de asco y repulsión hacia mi persona, esa persona tan sensible y, quizá, fría que nunca habían conocido.
El tiempo, es el tiempo, el tiempo pasa, el tiempo trae ciertos cambios, cambios inconcientes, los cuales son sólo reconocidos con el pensamiento humano. Reconocer los propios procesos es un logro, saber quien realmente sos, conocerte a vos mismo y saber, más que bien, lo que te gusta y lo que te disgusta. La gente que es de tu agrado y la que no. Pero, ¿cómo saber si le agradamos o no a alguien? ¿Cómo saber si le gustamos como persona o le disgustamos? Es una pregunta sin respuesta, en algunos casos. La apariencia, supuestamente, lo dice todo. "¡Se viste de negro! Han de disgustarle los colores, es una persona fría, oscura y rara." es un típico argumento diario. Las personas conocedoras no dejan de existir en el mundo, pero es difícil encontrarlas, como antes era dificultoso encontrar a las personas que vemos hoy en día; esas personas que, con sólo una simple maldad, te hacen sentir una basura. Quizá te hacen sentir cosas jamás experimentadas en la vida, pequeñas y grandes maldades cotidianas...
En el aire, quedaban mis argumentos... contra las religiones, contra la sociedad, contra tantas cosas que perdí la cuenta. Para muchos, he de ser machista, para otros satanista (sin saber que ésta es una religión, algo a lo que yo le llevo la contra), he de ser maleducada y ese tipo de cosas.
Pero, esas cosas que tanto te molestan, son las cosas que constituyen mi personalidad; mi vocabulario, mi apariencia física, etcétera.
Podré ser maleducada, asquerosa y demás argumentos, los cuales reconozco y, no tengo verguenza de estos, pero, hay que ir más allá de eso.
No te agrada mi apariencia, ¿eso quiere decir que no te agrada mi forma de actuar?
No te agradan mis argumentos, ¿eso quiere decir que no puedo ser cariñosa con la gente?
Por pensar distinto, por ir en contra de algo que, muchísima gente, "alaba", por vestirme distinto a la gran mayoría de gente, ¿voy a ser mala? ¿Voy a hacerte algo malo? ¿Voy a pegarte? ¿Voy a dejarte sangrando? No. Gran equivocación.
Sí una persona que no sea yo, te pega, te voy a defender.
Sí una persona que no sea yo, es mala con vos, también, voy a estar a tu defensa.
Sí alguien es capaz de dejarte sangrando, no, no voy a dejarlo yo sangrando, voy a curar tus heridas.
Y, ¿por qué hago esto? Por que pretendo que me comprendan y pretendo que se ganen mi cariño, confianza y bondad, para así no ser juzgada por razones estúpidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario